Los equipos constituyen unos de los elementos principales para estructurar los proceso de ejecución de las tareas en forma colaborativa. Se trata de un tipo de formación social que, debido a la personificación de su entramado interno de relaciones, dependen en gran medida de vitalizar de manera permanente su dimensión interpersonal.
Cuando se incorporan equipos a las organizaciones, se instaura una nueva cultura corporativa u organizativa, se introduce un objetivo retador o un cambio tecnológico u operativo, se incorporan nuevos elementos al equipo, o se realiza una reubicación jerárquica de los miembros se crea un clima de tensión que se mantiene en forma constante y cuyo manejo requiere capacidades interpersonales y de liderazgo no sólo por parte de los Managers o el Equipo Gestor, sino también por parte de cada uno de los miembros que lo forman.